Así es como puedes centrarte más en Jesús y menos en el ruido de esta época navideña
Consejos prácticos
Así es como puedes centrarte más en Jesús y menos en el ruido de esta época navideña
Qué difícil puede llegar a ser vivir el Adviento, la época navideña, porque nos dicen que todo es felicidad, alegría, expectación, ilusión. Pero podemos sentirnos desanimados porque no alcanzamos esa sensación de… esperanza. Nuestra mente divaga en cientos de otras cosas que nos alejan del único motivo por el que celebramos estas fechas.
Como cristianos, solemos identificarnos más con el Jesús que sufre en la cruz. Por eso en este mes es cuando más nos cuesta compartir la Pasión, porque son días de vacaciones, de ver a los amigos, de salirnos un poco de la rutina agotadora, ¡y cómo cuesta compadecerse con Jesús!
Es cierto, en este tiempo podemos meditar y contemplar en la figura de un Jesús pequeño, envuelto en pañales, recostando la cabeza en humildes pajas. Y aunque el gozo por su Nacimiento deba embargar nuestro corazón, tal vez es hora de bajarle el ruido a esta época. De centrarnos en lo que verdaderamente importa: Jesús.
Es agotador vivir una Navidad donde todo tiene que ser perfecto
Los regalos, la cena, el círculo familiar y de amigos que puedan salir en nuestras fotos y nuestras postales en Instagram. Perfecto el peinado, la sonrisa de alegría, el vestido o el traje del día.
El Dios con nosotros, Jesús, viene a enseñar las bienaventuranzas: quienes lloran, quienes mueren buscando justicia, una mejor vida, un día que por fin les brille «una luz», son quienes se identificarán más con Dios, son quienes encontrarán sentido al Evangelio.
A veces nuestro no querer ser frágiles nos impide entender la figura de Jesús, que quiso nacer y morir frágil, no perfecto.
El centro debe ser Jesús, siempre
Recordemos la angustia que vivieron José y María aquella noche en que iba a nacer el Niño Jesús. Pensemos en las emociones que acribillaban el corazón de san José y en el inmenso misterio que se escondía en el de María. Centremos nuestros pensamientos en ese precioso instante en que Nuestro Salvador abrió sus ojos por primera vez en aquella gruta.
Enfoquemos nuestra atención en ese hermoso momento en que José y María contemplaban al rey de reyes. Que esta Navidad Jesús sea el centro de nuestros pensamientos, suspiros, alegrías. Que su presencia en el pesebre que tenemos en casa nos derrita de ternura y amor. Imaginar todo lo que ocurrió esa magnífica noche nos puede ayudar a mitigar el ruido que caracteriza a esta época.
La Navidad no es otra cosa que Jesús
¿Por qué nos creemos las campañas publicitarias que nos venden una Navidad opuesta a lo que nos muestra Dios en su Hijo? Una Navidad para los que no necesitan nada, para los que no han perdido la esperanza, para quienes no conocen el frío y la noche que muchas veces se presentan en nuestras situaciones más difíciles.
Quizá no necesitamos tanto como quisiéramos, ni material ni espiritualmente, para encontrarnos esta Navidad con Jesús. De hecho, así, como estoy yo y como tú también puedes estar, con más lágrimas que risa, con más dudas que claridades, con más fragilidad que poder, con más pobreza que riqueza, podremos entender mejor por qué necesitábamos tanto que se hospedara en nuestra humanidad.
Por: Sandra Estrada
Fuente: Catholic-link.com