Educación del carácter: tarea de vacaciones
Educación del carácter: tarea de vacaciones

Foto: Internet
Por: Dr. Jorge Pacheco Tejada, director del Departamento de Educación de la Universidad Católica San Pablo.
Las vacaciones escolares nos dan la oportunidad de tener a los hijos más tiempo en casa, compartiendo más cercanamente las diversas actividades y esta cercanía prolongada nos da la oportunidad de conocerlos más y descubrir facetas de su personalidad que no conocíamos a fondo. Esta es ya una oportunidad valiosa para educar el carácter.
Normalmente cuando hay poca capacidad para superar dificultades, cierta intolerancia, irritabilidad, y cualquier otra disfunción emocional. Algunas veces surgen manifestaciones severas que se manifiestan en depresión, estrés, ansiedad. Frente a eso, los padres deberíamos estar muy atentos a esas señales de ‘falta de carácter’, a fin de modelar su manera de reaccionar frente a cualquier situación negativa. De manera que vayamos ayudándoles en la difícil tarea de madurar. De lo que se trata es que los padres aprendamos a proporcionar al aniño experiencias positivas compensatorias que garanticen su equilibrio emocional. Aquí algunas ideas para fomentar en esta etapa de vacaciones la alegría, el buen humor, la serenidad, la gratitud, la simpatía y la autoestima.
Brindar cariño. Este es el primer punto de referencia en la formación del carácter equilibrado, permite que sus hijos se valoren y se acepten a sí mismos. Jugar con ellos, es la mejor manera de acercarnos, de contagiar alegría y buen humor. Promover el optimismo para que valoren lo que tienen no lo que les falta, que no se comparen con otros, que valoren lo que son y lo que tienen, que sean agradecidos. Promover la solidaridad para que descubran la alegría que proporciona el servicio, la ayuda el interés por los demás. Promover la distensión: que aprendan a reírse de sí mismos y de las molestias cotidianas. Promover que se ilusionen: Que planeen un paseo o una excursión, que aprendan a ilusionarse, a soñar con lo que vendrá.
En síntesis, se trata de hacer que las actividades vacacionales sean fuente de emociones positivas, que disminuyan las tensiones y las manifestaciones de irritabilidad, porque facilitan el aumento de creatividad, estimulan el sistema inmunológico, predicen una mejor y más rápida recuperación de lesiones y enfermedades, promueven el razonamiento flexible y eficiente, aumentan la tolerancia y la persistencia ante las dificultades, facilitan la atracción y la aceptación social y favorecen la aparición de conductas solidarias
Se trata de enriquecer la vida emocional y afectiva de nuestros hijos para que lleguen a ser adultos emocionalmente saludables.