
Germán Chávez: “Ser rector significó mucho para mí”
Germán Chávez: “Ser rector significó mucho para mí”

“Ser rector significó mucho para mí. Me ayudó a fortalecer mi fe como miembro de una comunidad católica. Tengo agradecimiento y afecto muy especial por todos. Esta labor me llevó a compenetrarse más con la universidad, a mirarla de modo completo y compartir con todos: profesores, colaboradores y alumnos”, dice el Dr. Germán Chávez Contreras.
A pocas horas de dejar el cargo, el doctor Chávez declara por última vez en su condición de máxima autoridad de la Universidad Católica San Pablo. Es viernes 24 de junio. Recorre los pasillos y las oficinas de la casa de estudios que lideró durante once años. A su paso, no solo vienen a él abrazos y saludos de muchas personas, también recuerdos.
“La idea de ocupar el cargo me la comentaron un año antes de que se hiciera realidad, durante un viaje a Europa como parte del proyecto de investigación Eloise, mientras era director de Investigación. Dije que no me sentía listo para el tremendo encargo. En una siguiente ocasión me plantearon lo mismo y mi respuesta fue la misma”, anota el también académico y economista.
Fueron unas palabras del papa Benedicto XVI, “el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes”, las que le hicieron cambiar de opinión. Su periodo debía concluir luego de cinco años, pero se extendió seis años más. “La segunda parte de mi gestión la asumí con mayor docilidad, conocimiento y con mucho agradecimiento por la confianza y el apoyo. Sin duda este es el cargo que más recordaré”, acota.
Logros de todos
Resumir los últimos once años de la San Pablo no es sencillo, pero hay hitos importantes: el licenciamiento institucional, el reto de la departamentalización, la creación de cuatro nuevas carreras, el relanzamiento de la Escuela de Postgrado, la ampliación de toda la infraestructura educativa tanto en aulas, edificios y laboratorios, afrontar la enseñanza en el contexto de una pandemia, lograr posicionarse en el sur como la universidad con más fondos obtenidos en convocatorias del Concytec y Banco Mundial, el ingreso a ránquines internacionales de altísimo nivel, etc.
Cuando se le menciona esto, el Dr. Chávez se sorprende y de inmediato aclara, “No son mis logros, yo no podría atribuirlos a mí, son logros comunitarios, de todos aquellos que han contribuido a alcanzarlos. Sin su apoyo no lo habríamos logrado”.
“Todos juntos hemos trabajado y dialogado para tomar las decisiones de qué hacer primero o después para superar dificultades. También tenemos que agradecer al Señor por su divina providencia, que fue poniendo a las personas correctas en el momento correcto”, indica.
Momentos difíciles
El itinerario de estos once años no estuvo libre de dificultades o desafíos complejos de atender. Uno de ellos —reconoce el Dr. Chávez— fue el proceso de implementación de la nueva Ley Universitaria que concluyó con el licenciamiento institucional.
El otro momento duro fue, sin duda, la pandemia del COVID-19. Tener que parar el dictado de clases presenciales, adaptarse a la virtualidad en tiempo récord y lograr que ningún alumno deje sus estudios por falta de recursos económicos fue un gran reto asumido con éxito gracias a la gran comunidad San Pablo. “Todos son responsables de lo que les toca, pero sintiéndonos parte de un solo cuerpo, como dice nuestro patrono San Pablo”, comenta.
Para Germán Chávez estar en la universidad es como estar en casa. Nunca sintió la diferencia. “Siempre me sentí en familia. Si reflexionamos en nuestra identidad como comunidad académica inspirada en la Iglesia católica, veremos que tenemos un diferenciador tremendo. Esto te fortalece, inspira y ayuda a vernos como una gran familia”, indica.
Lo pendiente
Como en toda gestión, al Dr. Germán también le quedaron algunos pendientes en el tintero. El papeleo burocrático para obtener las licencias municipales retrasaron la ampliación del edificio María Nieves y Bustamante, que incluye un nuevo pabellón y un anfiteatro. También está en proyecto la construcción de una nueva capilla en el campus; sin embargo, como buen optimista que es, está seguro que en un futuro próximo verá esta infraestructura y disfrutará de ella como director de Desarrollo Docente, área que formará parte del Prorrectorado para la Persona y la Cultura.
El Dr. Germán se para en uno de los balcones de la universidad y la mira con satisfacción. “Es un sueño hecho realidad”, dice. Él hizo el proyecto de viabilidad económica de la San Pablo a finales de los 90 y también es uno de sus fundadores. Ve el campus San Lázaro hermoso, lleno de vida y se alegra, pues en los años 80 vio las mismas instalaciones cuando trabajaba en el Seguro Social como economista, carrera que abrazó y que ama ejercer como investigador y docente, la que luego complementó con sus estudios de doctorado en Ciencias Sociales.
Le preguntan si en estos once años de rector fue feliz. De inmediato responde “sí, claro”. Con melancolía y alegría se despide de su cargo, sabiendo que el rectorado queda con el Dr. Alonso Quintanilla Pérez-Wicht su amigo y compañero. Muchas gracias, Dr. Germán.