Impacto económico del COVID-19 en Arequipa: situación actual y proyecciones

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Impacto económico del COVID-19 en Arequipa: situación actual y proyecciones

Con datos al mes de agosto de 2020, se observa que, ante la pandemia de COVID-19, Perú es posiblemente uno de los países con el peor desempeño simultáneamente en indicadores económicos y de salud. Las proyecciones de crecimiento más recientes para Perú apuntan a una caída de 14% para el año 2020, si bien no faltan analistas que consideran que la contracción se acercará más a 18%.

Los pobres resultados para Perú se atribuyen en parte a las graves debilidades que presenta el país tanto en indicadores sociales (educación, salud, servicios públicos en general) como en indicadores de gobierno e institucionalidad (corrupción, poco capital social, escasa cultura cívica), a lo que habría que añadir las medidas específicas adoptadas, por ejemplo, la rigurosidad en la aplicación de la inmovilización obligatoria y las prohibiciones y protocolos para la reanudación actividades económicas. Perú ha tenido una caída extrema en la actividad económica, particularmente en los meses de abril y mayo.

La experiencia histórica sugiere que toma años recuperarse de una depresión económica. Suponiendo que no ocurra un deterioro excesivo de la capacidad productiva, un escenario posible es que la recuperación de Perú a los niveles de actividad económica anteriores a la crisis se dé en el primer trimestre de 2022; un escenario de ampliaciones o nuevas imposiciones de cuarentenas buscando controlar los contagios podría retrasar la recuperación hasta el tercer trimestre de 2022. Sin embargo, persiste la incertidumbre respecto a la trayectoria futura de las infecciones, las medidas que tomará el Ejecutivo, el populismo del Congreso y lo que pudieran deparar las elecciones del año 2021.

En el caso de Arequipa, la región venía de años de mostrar tasas de crecimiento por debajo del Perú en su conjunto, con excepción del 2016 (y posiblemente el 2017). El año 2016 fue extraordinario por la importante expansión en la capacidad de producción minera atribuible a la ampliación del proyecto de Cerro Verde. En 2019, la minería representó el 23.4% del valor agregado bruto (VAB) de la región Arequipa. En el total de la producción regional, desde el año 2007 se observa que los servicios han aumentado su participación (la categoría «otros servicios» representó en el 2019 el 20.3% del VAB). En cambio, el sector manufactura viene retrocediendo progresivamente (a 10.7%), en un preocupante proceso de desindustrialización. Por su parte, comercio ha crecido ligeramente (a 10.6%) y construcción se ha duplicado (a 9.8%).

La información disponible para el año 2020 sugiere que la pandemia y las medidas para contenerla han tenido un impacto dramático en Arequipa. Como en el resto del país, se espera que, hasta fin de año, los sectores más afectados sean construcción, manufactura y comercio, además de actividades del sector servicios (el turismo ha colapsado). Afortunadamente, se mantiene la producción agrícola de consumo interno.

Al impacto que se ha dado en todo el país, en la región Arequipa la situación económica se ha visto agravada por la ampliación de cuarentenas. Si bien el contar con una base exportadora concentrada en commodities mineros puede jugar a favor de la recuperación económica, las medidas de inmovilización dificultan que los hogares puedan percibir ingresos, no solo perjudicando su bienestar, sino atentando contra su subsistencia. A las dificultades para la recuperación económica se debe sumar que el sector público en Arequipa está posiblemente entre los peores a nivel nacional en capacidad de ejecución de gasto, así como en indicadores de corrupción en instituciones estatales en perjuicio de las empresas.

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