En nuestro país, existen dos características fundamentales que definen la situación de nuestro patrimonio cultural. Por un lado, el ingente y rico patrimonio cultural peruano a nivel latinoamericano y mundial, pero que no se encuentra debidamente identificado y registrado en su totalidad. Se considera que en América Latina el patrimonio cultural del Perú es solo comparable con el de México, por ambos haber sido territorios de grandes civilizaciones prehispánicas y sedes de virreinatos. Según estadísticas del Ministerio de Cultura peruano al 2017, existen 278,552 bienes muebles públicos y privados identificados, 13,052 bienes inmuebles declarados, de los cuales solo el 20% han sido delimitados; el 1,5% inscritos con carga cultural; un 1% saneados física y legalmente; y solo el 0,95% puestos en valor; y una gran cantidad (inestimable aún) de bienes culturales aún no identificados. Estas cifras críticas sin duda reflejan el gran trabajo por realizar tanto con los bienes declarados, como con los identificados.
Por otro lado, hay un gran trabajo pendiente en la protección del patrimonio. A pesar de que el 2010 se le ha dado un espacio ministerial al tema (creándose el Ministerio de Cultura), existe mucho trabajo por realizarse en nuestro país. No existe además una labor conjunta sobre las acciones y políticas entre el Ministerio de Cultura y otros actores. La propia administración del ente rector, en su programa presupuestal 2017 titulado “Puesta en valor y en uso social del patrimonio”, identifica como el principal problema la pérdida del patrimonio cultural del país, expresado en: una labor muy embrionaria con las poblaciones que viven en el entorno de las zonas patrimoniales (en pocos lugares existe una puesta en valor y en uso social), carencia de planes de manejo en la mayoría de zonas y repositorios patrimoniales, presencia de biodeterioro activo (insectos y larvas) en los diversos repositorios documentales bibliográficos y ausencia de política de museos, inventarios, investigaciones y programas de conservación preventiva en los museos.
Como resultado de estas características, el propio Ministerio reconoce que se está perdiendo de manera irreversible el ingente patrimonio cultural peruano debido al “saqueo, robo sacrílego, tráfico ilícito de bienes culturales, los fenómenos naturales, vandalismo, entre otros” (Ministerio de Cultura 2017: 6), así como a la falta de proyectos sostenibles en el tiempo y descentralizados. Son pocas las regiones que cuentan con Proyectos de Inversión Pública (PIP), y en el sur andino, solo el Cusco.
De todo el patrimonio cultural peruano identificado (278,552), encontramos que cerca del 75% se encuentra en Lima y Callao. Y en el sur andino, solo el 8%. Estas cifras, sin lugar a dudas, no reflejan la gran riqueza patrimonial del sur del país. El centralismo, la falta de un espacio académico que potencie su identificación desde el sur, así como la limitada capacidad del Ministerio de Cultura para trabajar en todas las regiones, son razones que explican esta situación.
Conscientes del gran trabajo pendiente en la conservación de nuestro ingente patrimonio cultural, especialmente el del sur andino, el Centro de Estudios Peruanos (CEP) viene desarrollando varios proyectos de patrimonio cultural (tanto material e inmaterial) que permitan salvaguardar el ingente legado documental de nuestra nación.
La socióloga Pamela Cabala, elabora y gestiona diversos proyectos de patrimonio cultural documental, viene desarrollando investigaciones en torno a la evaluación de proyectos de patrimonio cultural documental en Perú de los programas Iberarchivos (1999-2018) e Iberbibliotecas (2014-2018), así como en el rol de la universidad en la gestión de proyectos patrimoniales.
Por otro lado, el arqueólogo y Maestro en Historia, Gonzalo Presbítero, viene desarrollando trabajos de investigación en torno a la reconstrucción de las Iglesias (Pampacolca, Ayo, Viraco, Quequeña, Socabaya, etc.), monumentos históricos (como el puente colonial de Uchumayo) y sitios arqueológicos prehispánicos en el sur andino como la ciudadela de Maucallacta-Pampacolca, Siñulika y Huamanmarca en Andaray.
El 2014, el Centro obtuvo financiamiento de la Biblioteca Británica para digitalizar el diario «El Deber» (1890-1962), uno de los periódicos de más larga data editados en Arequipa junto con «La Bolsa» y «El Pueblo». El proyecto se realizó el 2014 y 2015. A partir de este premio obtenido y del apoyo decidido de la Universidad por la preservación del patrimonio documental arequipeño, el CEP implementó su Laboratorio de Digitalización Histórica.
El 2017 obtuvo financiamiento del Center for Research Libraries para digitalizar durante el 2018 «La Bolsa» (1860-1915) y «El Republicano» (1825-1855). El trabajo con estándares internacionales nos ha permitido constituirnos en un referente en temas de preservación documental para todos los archivos y bibliotecas documentales de Arequipa, como Biblioteca Pública Municipal de Arequipa, Biblioteca del Seminario San Jerónimo, Biblioteca del Convento de La Recoleta y Archivo Regional de Arequipa, con quienes de manera coordinada desarrollamos los proyectos. Actualmente venimos trabajando en varios diagnósticos en repositorios locales que nos permite la formulación de proyectos.
En el Laboratorio se realizó también la digitalización del Archivo personal del expresidente José Luis Bustamante y Rivero, proyecto a cargo del área de Biblioteca de la Universidad, quien tiene en custodia este archivo, único en Perú.
Adicionalmente, el CEP brindó apoyo al proyecto «Catalogación de libros antiguos en la Biblioteca del Convento de la Recoleta de Arequipa» desarrollado por los bibliotecólogos Ryan. Actualmente, el Director de Biblioteca de la Universidad, prof. Enrique Briceño, viene trabajando arduamente en un proyecto que permitirá culminar la catalogación de este importante repositorio.
Desde el 2018, tenemos en custodia el Archivo Fotográfico Glave-Alcazar, valioso legado fotográfico que a través de sus más de treinta tres mil negativos en celulosa y placas de vidrio nos acercan a la historia local, familiar y paisajística de Arequipa en la primera mitad del siglo XX.
Nuestros investigadores participan como ponentes en espacios de diálogo en torno a los temas patrimoniales, como por ejemplo el Congreso de Arqueología de la Macro región sur (2016) y el III Congreso Latinoamericano de Gestión Cultural (2019); así como con publicaciones académicas en diversas revistas nacionales e internacionales.
El periódico «El Deber» se fundó en 1890 y se editó hasta 1962, siendo uno de los periódicos de edición más extensa de la prensa nacional y tal vez el principal de confesión católica en el Perú, junto con «El amigo del clero» de Lima. Durante sus intensos años de existencia «El Deber» se consolidó como un importante portavoz de las ideas, anhelos, preocupaciones y esperanzas de los arequipeños, siendo un fiel retrato de la sociedad en un importante periodo de su historia.
El Diario “La Bolsa” comenzó su circulación en 1860 prolongando su existencia hasta 1915, mientras que “El Republicano” se fundó en 1825 y se publicó hasta 1855, ambos periódicos Arequipeños del siglo XIX. Estos periódicos iniciaron como semanarios, convirtiéndose luego en quincenarios para posteriormente volverse diarios. Durante su existencia el diario “El Republicano” fue portavoz de las normas legales con noticias políticas, mientras que el diario “La Bolsa”, estaba orientado a la economía, viendo temas sobre comercio y aduanas.
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