03 de agosto, 2023
Estatua de Beethoven en Bonn, Alemania.
El año 2020 estuvo marcado por el coronavirus, evento aciago que ha ensombrecido el curso de la humanidad. Por coincidencia en el mundo entero se habían preparado homenajes diversos a uno de los grandes genios de la historia: Ludwig van Beethoven, al cumplirse 250 años de su nacimiento. Esto quedó obviamente, en su mayor parte, truncado.
Como alguien que ha dedicado más de 30 años a la exploración del universo de la música, le debo enorme gratitud a la persona singular y a la obra inmensa de Beethoven, pues a través de su trabajo extraordinario regaló a la humanidad tanta emoción y belleza.
La inigualable potencia expresiva de sus sinfonías, sonatas, cuartetos nos develan pliegues de la experiencia humana a un nivel como quizás no lo haya hecho nadie. Desde las emociones más intensas de pasión, sufrimiento, alegría y éxtasis hasta estados de serena, profunda contemplación que alcanzan lo sublime.
La música de Beethoven trasciende lenguajes, fronteras y épocas, llegando a ser verdaderamente universal. En sus palabras “La música puede ser una revelación más alta que toda ciencia y filosofía…”.
De otro lado su personalidad – difícil y desigual por experiencias duras y traumáticas – puede ser también inspiración para cualquier ser humano: alguien que, a pesar y por encima de duras circunstancias (maltrato, incomprensión, gran soledad, enfermedades y sordera), supo trascenderlas a través de una voluntad indomable, creatividad incandescente y un impulso espiritual de elevación y trascendencia.
La imagen de Beethoven enfermo componiendo durante años uno de los monumentos de la humanidad: la Novena Sinfonía, totalmente sordo, es un icono de la grandeza del hombre y de su triunfo sobre la adversidad. En ese sentido, Beethoven y su música tienen completa actualidad.
Por ello decidí exponer sobre Ludwig van Beethoven y su obra integral, comenzando con la primera que presentó al mundo a los 25 años, un Trío para violín, chelo y piano; terminando con su última composición poco tiempo antes de morir, un cuarteto para cuerdas. Su obra abarca casi 140 composiciones, algunas de dimensiones gigantescas.
La obra de Beethoven es tan basta que puede ser analizada usando diversos medios. En el curso dictado gracias al Centro de las Artes de la Universidad Católica San Pablo hemos aplicado el análisis de sus partituras, ejemplos musicales al piano y de programas avanzados de computadora y una selección de audios con destacados intérpretes de Beethoven.
De este modo hemos visto todo el panorama de esta obra inagotable, tan fresca e impactante como el día que fue compuesta y que ha dejado una huella indeleble en cientos de miles, quizás millones de personas durante estos 250 años, cumpliéndose el designio que el mismo Beethoven se puso: «¡(mi obra) surgió del Corazón – ojalá vaya a los corazones!».
*El Centro de las Artes de la UCSP desarrolló el curso por los 250 años de nacimiento de Beethoven, el cual se realizó virtualmente desde Alemania.
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