26 de julio, 2023
Imagen: Encuentro.
La celebración de Navidad no es igual entre todos los cristianos del mundo. Hasta la fecha en que se recuerda el nacimiento de Jesús es distinta y claro, la cultura particular de cada región o país tiene mucho que ver en cómo se vive y recuerda este acontecimiento.
Fabrizio Renzi, es doctor en Filosofía por la Universidad de Siena y vive hace dos años en Arequipa, el mismo tiempo que enseña en el Departamento de Humanidades de la Universidad Católica San Pablo. Como buen italiano, le gusta la pasta y el vino, y extraña a sus padres y hermana, que dejó en la región de Toscana, en la península itálica.
La celebración de Navidad en su pueblo natal —cercano a la ciudad de Florencia— es similar a la que ocurre en el Perú y Arequipa en particular. Allí se arma el pesebre (para nosotros nacimiento), se va a la Misa de Gallo y se cantan villancicos.
No obstante, esta celebración no es algo común en toda Italia. Renzi aclara que cada región vive de manera particular esta festividad religiosa. “En las regiones del norte de Italia [Piamonte, Valle d’Aosta, Liguria, Lombardía, Trentino Alto Adige, Veneto, Friuli Venecia Giulia y Emilia Romagna] solo se adorna el árbol. Allí se percibe una menor religiosidad, similar a lo que ocurre en Francia y Holanda, donde la cultura es prácticamente atea”, advierte.
Renzi, agrega que la presencia del Papa en Roma, ayuda mucho a conservar la fe católica en ese país, pero el secularismo —que es muy fuerte en Europa— ha contribuido a reducir la práctica religiosa en zonas que tradicionalmente eran muy cristianas.
En cuanto a la cena de Navidad, que al igual que en Perú se comparte en familia, solo es una costumbre que se mantiene en el sur de Italia. “Desde Roma hasta Sicilia se hace una gran cena el 24 de diciembre, pero en Toscana y el norte de Italia no ocurre eso”, añade. Eso sí, como en esta época del año hace frío en Italia, se prefiere comer más carne de cerdo, de res y embutidos. ¿Y el panetón? “¡ah! bueno, eso es un invento del norte de Italia”, responde Renzi. Las historias populares cuentan que el panettone nació en la corte de Ludovico “el Moro” duque de Milan (capital de la región de Lombardía), hacia el siglo XIV.
Fabrizio Renzi, es doctor en Filosofía y docente del Departamento de Humanidades de la UCSP.
En Rusia, el nacimiento de Jesús se celebra 13 días después de lo que ocurre en el mundo occidental. Es decir, a diferencia nuestra, Navidad se recibe cada 7 de enero. Violetta Moreno, doctora en Filología Hispánica por la Universidad de San Petersburgo, nos comenta que esto se debe a que la Iglesia Ortodoxa de ese país, mantiene el calendario juliano (instituido por Julio César en el siglo I a.C.) para todos sus ritos eclesiásticos.
Dra. Violetta Moreno.
Moreno, rusa de nacimiento y coordinadora general de Investigación de la Universidad Católica San Pablo, recuerda que la celebración de Navidad en esta nación es muy distinta a lo que ocurre en los países católicos y aquí no solo tiene que ver la Iglesia ortodoxa —que se separó de la iglesia occidental católica en 1054—, sino la cultura heredera del socialismo y donde el secularismo, también está muy presente.
En Rusia se arman los nacimientos, pero solo al interior de las iglesias y no en los hogares de los cristianos ortodoxos. Las familias prefieren adornar el árbol navideño y acuden a la misa de Navidad el 7 de enero, que es muy especial y más extensa que de costumbre.
“En Rusia se festeja más el Año Nuevo y eso tiene que ver con los 70 años de socialismo que se vivió cuando era la Unión Soviética, por eso el 31 de diciembre es una fiesta familiar como aquí ocurre con la Navidad y el 7 de enero, la celebración es más austera y no todos participan”, explica la filóloga.
Moreno, además se mostró gratamente sorprendida porque aquí las personas cuando saludan suelen ofrecer bendiciones en nombre de Dios, lo cual en su país generaría mucha incomodidad porque la religiosidad quedó relegada al ámbito privado e íntimo de cada ciudadano.
Pero más allá de estas diferencias en la celebración de Navidad, en lo que sí coinciden Fabrizio Renzi y Violetta Moreno, es que este tiempo es muy particular y no solo porque cada persona tiene su propia versión de la pandemia del COVID-19 —por cómo le afectó— sino porque solo el amor de Dios y la esperanza, pueden servir de consuelo para que todos salgamos adelante. Y eso es lo que se debe renovar en cada nacimiento de Jesús. ¡Feliz Navidad! (Fuente: Escuela de Posgrado UCSP– Redacción: Rolando Vilca).
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