09 de febrero, 2009
Por: Dra. Mónica Sánchez Sanssoni, docente del Departamento de Educación de la Universidad Católica San Pablo.
Lograr el crecimiento y el aprendizaje de los niños a través de las artes es una experiencia fascinante porque de esa manera se les estimula integralmente, y así se logra que entren en contacto consigo mismos, desarrollando su concentración, creatividad y disciplina. A través del arte, además, estimulamos las conexiones sinápticas y potenciamos sus habilidades sociales, su manejo de emociones, su coordinación motora gruesa y fina, y su expresión oral.
A pesar de ello, muchas instituciones educativas siguen reduciendo las horas de trabajo pedagógico relacionado con temas artísticos. En otras, en cambio, se promueve el trabajo artístico en todos los niveles educativos bajo el amparo de investigaciones que demuestran que los niños que viven esta experiencia son más independientes, felices y tienen más posibilidades de resolver conflictos, de ser mucho más sensibles y tolerantes, y de respetar a las personas de su entorno.
El psicólogo Howard Gardner recomienda “favorecer la afición de los niños por el arte en cualquiera de sus formas, no solo como un medio de expresión sino también como un modo de acercarse al mundo que los rodea”. Esto se demuestra en el evidente beneficio que obtienen los niños que interactúan entre ellos en medio de actividades netamente lúdicas desde sus primeros años.
Aun cuando no logran expresarse oralmente en su totalidad, el arte les brinda una forma clara de manifestar sus emociones. Muchas veces, podemos descubrir cómo se sienten o qué los apena por medio de un juego teatral, música o expresión plástica que tanto les encanta.
Con las actividades artísticas no queremos que los niños se vuelvan actores, cantantes o pintores, sino que vivan experiencias sensibles que les permitan crecer como personas y descubrir todo su potencial.
Es recomendable que maestros y padres de familia sepan que el arte es el motor del aprendizaje de los niños. Todas las actividades artísticas para los niños de preescolar deben ser de disfrute y de exploración. Para ello, los maestros y los padres deben generar los espacios apropiados e incentivar experiencias que liberen la imaginación de los niños.
Muchas veces, los padres se cuestionan: ¿qué aprende mi hijo con estas actividades artísticas? Bueno, el aprendizaje es integral.El teatro les brinda la posibilidad de mejorar su autoestima, regularse, expresarse, crear historias, interpretar, socializar, concentrarse y tolerarse.
La música favorece el cultivo de la memoria, el desarrollo de destrezas motoras, inicia a los niños en los sonidos y en el significado de las palabras, facilita la expresión de sentimientos y pensamientos.
Cuando hablamos de dibujo, pintura, modelado y escultura, nos referimos a las artes plásticas que no solo ayudan al desarrollo y al aprendizaje de los niños cuando, por ejemplo, estudian los colores y las formas, sino que también aumentan su concentración, les permiten expresarse emocionalmente, organizarse y desarrollar su coordinación fina.
En definitiva, es urgente generar cambios en nuestro sistema educativo para dejar que los niños sean felices disfrutando lúdicamente del arte.
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