25 de agosto, 2020
Destacadas. Yamilet Serrano, graduada en Ciencia de la Computación por la UCSP (Izq.),Xuzel Villavicencio, ingeniera de Telecomunicaciones por la UCSP (medio) y Jacqueline Cruz, egresada de Ingeniería Industrial (Der.).
“Que por siempre tendrás juventudes, que renueven laureles de ayer”, reza el himno de Arequipa y no le falta razón. Y hay tres jóvenes que así lo demuestran, no solo por desarrollarse en sus profesiones, sino por ayudar a mejorar a la sociedad en tiempos de pandemia, proporcionando alimentos, asesorando al Gobierno o viendo las posibilidades de mejorar la educación de estudiantes de zonas rurales.
Ellas han abrazado la ciencia y la tecnología, campos en los que la participación de la mujer sigue siendo reducida. Con sus trabajos no solo dejan en alto a la ciudad sino que buscan forjar una mejor sociedad.
Solo el 27% de estudiantes de carreras de ciencia y tecnología en el Perú son mujeres, así lo indica el recientemente presentado II Informe de la Realidad de la Universidad Peruana de la SUNEDU. La brecha de presencia femenina en este campo se da a nivel mundial. La cantidad de mujeres en carreras de ciencia, ingeniería, tecnología y matemática es de solo 35%. Jacqueline Cruz, Yamilet Serrano y Xuzel Villavicencio son tres arequipeñas que han ido a contracorriente, escogiendo carreras en este campo para generar un cambio a favor de la sociedad.
Jacqueline Cruz estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Católica San Pablo (UCSP). Su afán era buscar y encontrar nuevos procesos y soluciones y no quedarse solo con lo que hay. Este fin la llevó a involucrarse desde sus estudios en la investigación aplicada, así fue asistente técnica en el Instituto de Energía y Medio Ambiente (IEM) de la UCSP donde aprendió a desarrollar proyectos y aplicar los conocimientos académicos en la empresa. Esa experiencia marcó su vida y desarrollo profesional.
Ya fuera de las aulas decidió no buscar un trabajo, sino irse por un camino más esforzado: el emprendimiento. Así, fundó Le Qara, empresa con la que ha creado un cuero ecológico hecho en base a microorganismos de origen vegetal. Su iniciativa las llevó a ser una de las primeras peruanas y latinoamericanas en ganar el Global Change Award, concurso internacional que reconoce a los mejores proyectos de moda sostenible.
Jacqueline Cruz junto a su socia Isemar Cruz haciendo pruebas del cuero ecológico producido por Le Qara.
Con Le Qara quiere generar un cambio en la emblemática industria del cuero regional para hacerla más sostenible y limpia. “Nuestro medio ambiente está bastante dañado, como profesionales debemos también generar alternativas más limpias”, dice. Este año, su proyecto también ha llegado a ser el único proyecto peruano finalista en el concurso 100K del prestigioso MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts).
La pandemia ha frenado sus planes dejando en stand by la instalación de la planta piloto de Le Qara, pero no su espíritu emprendedor, así Jacqueline puso sus conocimientos al servicio del otro desde el inicio de la crisis por el coronavirus. Creó Nocunda, un emprendimiento social por la cual lleva comida y alimentos a personas de escasos recursos de la ciudad. Para hacerlo se unió a la Cruz Roja y la asociación HOOP.
Para Jacqueline, su misión es mayor a solo conseguir un beneficio propio a través de su trabajo, por eso sigue adelante con Nocunda, porque la necesidad en esta crisis es grande. Los que deseen apoyar con donaciones pueden encontrar la información aquí www.facebook.com/nocunda/.
Con su emprendimiento social Nocunda, Jacqueline Cruz ha apoyado a personas necesitadas durante la pandemia del COVID-19.
Yamilet Serrano fue la primera peruana en obtener un doctorado en Singapur, uno de los países más avanzados en tecnología. Egresada de la carrera de Ciencia de la Computación de la San Pablo, estudió su posgrado en la mejor universidad de Asia según el ranking QS, la Universidad Nacional de Singapur. Allí llegó al ganar una convocatoria para ser asistente de investigación, pensó quedarse solo 6 meses que se extendieron a 7 años, en los que se especializó en software crítico, es decir aquellos que al ser vulnerables al error, provocaría consecuencias dramáticas en cuanto a recursos económicos y sobre todo vidas humanas.
“Algunos ejemplos de software complejo son los que manejan niveles de radiación como terapia, el que se usa para cohetes, satélites, aviación, etc. Por todo ello, sus fases de desarrollo son más largos, y tienen que ser apoyadas por modelos formales y matemáticos para que los requerimientos sean satisfechos en cada etapa de su desarrollo”, explica.
Yamilet Serrano, graduada en Ciencia de la Computación de la UCSP, fue la primera peruana en obtener un doctorado en Singapur. En la foto en la sustentación de su tesis.
Yamilet ahora aplica lo aprendido en el grupo de Prospectiva que asesora al Gobierno frente a la crisis del COVID-19. Su lugar en este grupo la obtuvo vía concurso. “Para mí, es muy importante el poder aportar a reducir los efectos de esta pandemia en nuestro país, desde mi conocimiento e reintegrarme nuevamente a nuestra cultura. Buscaban una especialista mujer con doctorado en Ciencia de la Computación -no somos muchas- dada la gran cantidad de datos que se tienen que procesar, esta solo es una de las amplias aplicaciones de mi carrera”, sostuvo.
Para la especialista es muy necesario que el país amplíe su digitalización pues la brecha tecnológica del país es de 20 años. “Si hubiésemos digitalizado el país cuando debíamos la batalla contra el COVID-19 sería más llevadera. En Latinoamérica misma estamos muy atrasados”, comenta Yamilet. Para ella, lo primero es construir una arquitectura de gobierno digital, porque ahora no lo hay. A partir de ello, se pueden mejorar los servicios públicos ampliamente y por ende dar mejores condiciones de vida a la población.
Se tiene que entender que la tecnología hoy es sumamente necesaria. No solo por la coyuntura que vivimos sino también por la cantidad de oportunidades que se abren a partir de la misma. El estar conectados dejó de ser un privilegio a ser menester. En Perú se tiene también que aumentar y mejorar el alcance del Internet y avanzar en la investigación, para lo cual, las universidades son claves.
Dato
“En la actualidad, nadie podría imaginar su vida sin un computador y/o un teléfono inteligente. Esta necesidad ha convertido a la Ciencia de la Computación en un área transversal para todas las demás profesiones. En el caso de la pandemia, la Ciencia de la Computación es un engranaje para el análisis de datos con fines de recomendar medidas para prevenir, vigilar, controlar y reducir el impacto del coronavirus, así como realizar las proyecciones sobre el virus”, refiere.
Un punto a favor para ella cuando decidió estudiar afuera fue que en sus estudios de pregrado en la Universidad Católica San Pablo recibió los mismos fundamentos con los que se estudia Ciencia de la Computación en el extranjero. Ello la hizo contar con los conocimientos para afrontar el gran reto de estudiar en una de las mejores universidades del mundo y uno de los países con mayor tecnología.
Xuzel Villavicencio es ingeniera de Telecomunicaciones por la UCSP. Ahora se encuentra en Reino Unido estudiando una maestría en Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para el Desarrollo luego de ser aceptada en la prestigiosa Universidad de Mánchester, una de las 30 mejores del mundo según el ranking QS.
Xuzel tiene claro que su profesión no solo tiene un aspecto técnico, sino que la tecnología debe llegar a más personas en situación de pobreza o vulnerabilidad. “No basta solo con garantizar el acceso a equipos o a Internet, sino que existan soluciones tecnológicas para las necesidades locales. Estas soluciones deberían estar acompañadas de programas de alfabetización digital que permitan que el potencial usuario se sienta poco a poco más cómodo con su uso”, indica.
Con este fin, Xuzel está estudiando la importancia que tienen las habilidades TIC en mejorar la empleabilidad de los jóvenes de zonas rurales de nuestro país. Asimismo ha analizado cómo la pandemia del COVID-19 ha hecho que resurja el mobile learning (aprendizaje por celular) y como esta es una alternativa más inclusiva de educación a distancia. “En Perú se podría aplicar y potenciar el m-learning dada la alta penetración de smartphones y que los costos de planes de Internet móvil que son más accesibles que internet fijo”, sostiene.
Xuzel sabía que su carrera es exigente y que necesitaba abrirse espacios, por ello decidió mudarse a Lima y luego ir al extranjero en busca de conocimientos más especializados para luego aplicarlos en el país sobre todo en la zona rural.
Xuzel Villavicencio junto a sus compañeros en la maestría que estudia en la prestigiosa Universidad de Manchester, Reino Unido.
Sabe que la brecha femenina en la tecnología es amplia, por ello desde su propia experiencia quiere aportar para que más chicas se inclinen por estudiar este tipo de carreras, dejando de lado estereotipos que persisten sobre las mismas o que las califican de difíciles. Sabe que aún hay mucho por hacerlas más amigables y cercanas, pero en ese camino va.
Estas tres chicas destacan en sus profesiones y han optado seguir ir forjando un camino en un campo hasta ahora dominado por hombres. No se trata de revanchas sino de buscar equidad y a través de ello aportar en el desarrollo social porque la tecnología como bien dijeron no es una alternativa, ahora, sino una realidad y una necesidad.
*Informe publicado en el diario El Pueblo del 23 de agosto de 2020. Ver AQUÍ.
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