“En la educación formal e informal hay un vacío muy grande desde hace mucho tiempo, por la presencia del relativismo, que dice que nada es bueno ni malo, y por lo tanto da igual la corrupción. Este es un problema grave y no solo en el Perú, sino a nivel mundial. Se cree que cada uno puede hacer lo que quiera en su vida privada siempre que cumpla la ley en la vida pública. Eso no es cierto, porque tarde o temprano hará en la vida pública lo que hace en la vida privada”, detalló.LA CORRUPCIÓN ES ADICTIVAPara José Manuel Rodríguez, la corrupción tiene los componentes de una adicción o enfermedad mental. “Tiene ese carácter obsesivo, compulsivo, la sensación de omnipotencia, necesidad de poder, de compensación y depresión, cuando se pierde el poder. Nadie es corrupto por vocación. Hay una serie de elementos que se van manifestando hasta que terminan pensando que son omnipotentes, que tienen derecho a todo y que no les pasará nada. Es decir, el corrupto no ve más allá de sí mismo”, expresó.En ese sentido, sostuvo que la corrupción es el problema moral más grave del país, que no solo está socializado, sino que está enquistado y sistematizado en las diferentes estructuras de gobierno, por lo que quita la esperanza a los jóvenes y aparta a los mejores cuadros de la política.De igual forma, lamentó que en el actual contexto electoral, ningún candidato presidencial haya propuesto acciones concretas para desterrar la práctica de la corrupción. “Solo se habla de acciones punitivas y vengativas para sancionarla, cuando el tema va más allá y es mucho más complejo [y de largo aliento], porque como ya explicamos se trata de fortalecer a la familia y enfatizar desde allí, en una educación moral”, apuntó.Rodríguez, reiteró que se trata —sobre todo— de una educación en esas viejas virtudes, que perdieron vigencia, pero que nunca dejaron de ser indispensables para la convivencia humana como la prudencia, templanza y la justicia. “Hoy solo se habla de vivir en valores, sin enseñar cómo hacerlo y allí nos ayudaría mucho la recuperación de estas virtudes, que ayudan a superar el relativismo”, concluyó.