10 de agosto, 2023
Foto: Andina
En los últimos años la intensidad y la frecuencia de los diferentes fenómenos naturales han ido variando y cambiando de manera muy irregular y drástica. Los estudios científicos indican que esta situación tiene relación directa con el “cambio climático”, debido al aumento acelerado de la temperatura en todo el planeta a consecuencia de la contaminación atmosférica. Este es un tema de preocupación para todos. Si no tenemos planes y estrategias que nos permitan estar preparados, podríamos tener grandes impactos económicos, sociales y ambientales en los próximos años.
Los incendios forestales en Australia, por ejemplo, han generado consecuencias catastróficas para este país, sus ecosistemas, fauna y las poblaciones aledañas tanto en aspectos económicos como para su salud. Si bien, los incendios se producen cada año, el de este último no tiene precedente alguno en su historia. La causa: un aumento desmedido en la temperatura en esta región debido al “cambio climático”.
Australia viene atravesando por una gran temporada de sequías que contribuyen a la proliferación de los incendios; debido al fenómeno natural conocido como el “Niño Indio”, un equivalente al “Fenómeno del Niño” para esta parte del mundo y que en nuestro país que ha ocasionado diversos desastres naturales. Los incendios en la Amazonía, que devastaron grandes hectáreas de vegetación, también tiene entre sus causas el incremento anómalo de las temperaturas en esta región.
En nuestro país también hemos vivido una serie de alteraciones en los sucesos y fenómenos naturales, tanto en su regularidad como intensidad. Según el Tyndall Center de Inglaterra, el Perú es el tercer país que posee la mayor vulnerabilidad al cambio climático después de Bangladesh y Honduras. Nos referimos a la susceptibilidad de un territorio frente al cambio climático.
Arequipa ha atravesado periodos de sequías prolongadas, que según los especialistas serán más constantes debido al “Fenómeno del Niño”. En contraparte también podría darse temporadas de lluvias con más intensidad y frecuencia. Las consecuencias son evidentes. La infraestructura colapsa al igual que el abastecimiento de servicios básicos y escasez de alimentos. Estos problemas pueden generar trastornos ambientales pues contaminan el suelo y el agua; destruyen parte de la flora y fauna; y crean focos de infección y otros, afectando nuestro hábitat.
Esta situación deja claro que falta desarrollar planes, políticas y estrategias para mitigar los posibles impactos de los riesgos y desastres naturales que se van a incrementar los próximos años. Para su ejecución, precisamos de profesionales capacitados y actualizados, como son los “ingenieros ambientales”. Estos especialistas tienen conocimientos y habilidades para gestionar adecuadamente los recursos naturales y para analizar los riesgos y efectos de los fenómenos naturales.
Desde este año, la Universidad Católica San Pablo va a formar profesionales de la Ingeniería Ambiental, capacitados para brindar soluciones y planes de acción para estar preparados y reducir los impactos de los sucesos naturales actuales y futuros en nuestra región, el país y el mundo.
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