26 de julio, 2023
Francisco Roberts junto al grupo de voluntarios que integran el emprendimiento social Enlazando.
Su promotor es egresado de la carrera de Administración de Negocios de la Universidad Católica San Pablo
Cuando uno inicia un proyecto no se puede predecir lo que puede ocurrir, pero si se pone el mayor esfuerzo y dedicación, las probabilidades de éxito son mayores. Ese es el caso del emprendimiento social “Enlazando”, que empezó en plena pandemia del COVID-19 en Arequipa, canalizando ayuda, y que ahora es uno de los 21 ganadores del concurso “Próceres del Bicentenario”.
El concurso identificó a organizaciones medianas con potencial para transformar el Perú como parte de la acciones por el bicentenario de la independencia y, por eso, los jurados seleccionaron como ganador a Enlazando, organización sin fines de lucro que implementó una plataforma virtual para enlazar a donantes y personas que requieran ayuda, la cual viene generando valiosos cambios en la sociedad.
“Es un orgullo ser seleccionado. Pone de manifiesto que lo que estamos haciendo es muy bueno, además generamos una expectativa en todas las personas que votaron por nosotros y nos han brindado su confianza. Es un reto súper importante”, señala su fundador, Francisco Roberts Chaves.
Francisco junto al equipo de voluntarios de Enlazando trabajando en plena pandemia para aplicar la solidaridad digital.
Sobre el rumbo que tomará su emprendimiento, Roberts Chaves manifiesta no cambiará mucho en su esencia, pero en la forma de hacerlo sí “porque vamos a profesionalizar todo lo que venimos haciendo en Enlazando”, dice.
Al ser uno de los ganadores del premio Próceres del Bicentenario, Enlazando accederá a un plan de aceleración (acompañamiento a la organización a través de un diagnóstico 360 y asesoría para desarrollar un plan estratégico); desarrollo de habilidades (clases maestras con profesores de talla mundial y talleres prácticos con expertos en la industria social); mentoría; consultoría además podrán postular a un fondo bicentenario de aceleración que asciende a los 100 mil soles.
Durante la pandemia del COVID -19, los creadores de Enlazando lanzaron su plataforma digital para vincular a personas necesitadas con donantes. Han atendido entre 2 mil a 2 mil 500 personas en forma directa y alrededor de 6 mil en forma indirecta a través de aliados.
Enlazando ha logrado ayudar a poco más de 8 mil personas desde que inició sus operaciones en el mes de abril. Imagen: Facebook Enlazando.
No solo han gestionado alimento y abrigo. Durante el confinamiento, Enlazando realizó campañas de recolección de teléfonos inteligentes y consiguió que la empresa privada les donara 300 teléfonos inteligentes y otros 120, gracias a donantes particulares. Los equipos fueron entregados a escuelas de la UGEL Sur y de la provincia de Cotahuasi, pero también se envió equipos a Cusco y Puno para que cientos de estudiantes pudieran continuar con educación en la modalidad virtual.
En Enlazando trabajan desde “seis eslabones de acción” para ayudar a la población vulnerable: alimento y abrigo; educación; trabajo; salud; medio ambiente; y conciencia. Cada uno tiene proyectos que impactan tanto en donantes, voluntarios, organizaciones sociales y beneficiarios.
El inventario de árboles de Arequipa, uno de los proyectos ambientales de Enlazando.
Las personas interesadas en ofrecer apoyo o deseen registrarse como voluntarios y aquellas que necesiten ayuda, pueden hacerlo aquí.
Francisco Roberts es egresado hace nueve años de la Universidad Católica San Pablo, donde estudió Administración de Negocios, y recuerda con gusto la humanidad existente en el campus universitario.
A nivel académico, reconoce, que algunas asignaturas como el curso de formación cristiana donde además de las clases, debían hacer proyectos de carácter social los que coadyudaron a generar sensibilidad en él para poder gestionar, ahora, una iniciativa como Enlazando.
“Lo que me gusta de la universidad es la cercanía que ofrece. Tienen muy buenos profesionales muy abiertos al diálogo. Hay mucha amplitud y cercanía. Siempre mostraron una humanidad muy grande en el trato, desde el personal de limpieza (llamados con cariño ‘azulitos’) hasta con Alonso Quintanilla (prorrector) o Germán Chávez (rector), eso es muy bonito y valorable”, recalca.
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