09 de agosto, 2023
Imagen: Perú 21
Recientemente 2 leyes de protección a personas con trastornos del neurodesarrollo fueron aprobadas en nuestro país. La Ley 3095/2017, para las personas con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y la Ley N° 30150 para las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), de esta última surgió el Plan Nacional para las Personas con TEA 2019-2021, con la que se busca la detección, diagnóstico precoz, intervención temprana, protección de la salud, educación integral, capacitación profesional e inserción laboral y social de quienes tienen TEA.
Los Trastornos del Neurodesarrollo son “un grupo de condiciones heterogéneas que se caracterizan por un retraso o alteración en la adquisición de habilidades en dominios del desarrollo como el área motora, social, lenguaje y cognición” (Thapar, Cooper y Rutter, 2016). Se asocian a dificultades cognitivas, conductuales, sociales, académicas y de funcionamiento adaptativo (Artigas-Pallarés, Guitart y Gabau-Villa, 2013). En Perú los mayores casos son el Trastorno Espectro Autista, Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, Trastornos del Aprendizaje y Discapacidad Intelectual.
Gran parte de la población en Perú cree que estas condiciones son inexistentes, pero su prevalencia es cada vez mayor. A nivel mundial el TEA se presenta en 1 de cada 160 niños y el TDAH afecta del 5 al 10% de los niños en edad escolar (OMS-2019). Aunque según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, 1 de cada 68 niños de 8 años, presentan este trastorno. En Perú, 15 mil 625 personas tienen TEA.
Con la aprobación de leyes antes mencionadas, notamos el creciente interés de los Ministerios de Salud, Educación y de Desarrollo e Inclusión Social. Detrás de este logro está el esfuerzo de muchos padres para que sus familiares sean tratados a tiempo. De no ser así pueden agravar sus déficits clínicos; lo que les ocasionaría mayor dependencia y limitaciones para su inclusión educativa y social, que es otro de sus objetivos. Además el gasto generado a las familias también se convierte en una problemática que el Estado debe enfrentar.
La ausencia de conocimiento y estrategias de apoyo para con las personas con trastorno del neurodesarrollo muestra el poco interés de conocerlos, incluirlos y ayudarlos. Un caso lamentable fue el de Kevin, niño con TEA, que falleció ahogado en el mar de Lima. Más preocupante es el desconocimiento o poco conocimiento de los profesionales de la salud y educación, quienes muchas veces tienen actitudes discriminativas. Es menester que profesores, psicólogos, médicos, etc. conozcan en detalle el proceso correcto de atención e intervención a las personas con estos trastornos y que la población sea más consciente que son condiciones cada vez más comunes.
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