10 de agosto, 2023
Imagen: Internet
El cuidado ambiental, nos convoca a todos. Es un tema educativo, porque tenemos la obligación de dar información veraz y oportuna y el deber moral de formar una conducta ética al respecto. Es una obligación tanto de la familia como de la escuela formar adecuadamente la conciencia en nuestros hijos y alumnos para que entre todos cuidemos la casa común.
“Reconstruir el Pacto educativo global”, es el tema del evento mundial, previsto para mayo de 2020, promovido por el Papa Francisco, quien se dirige a los que trabajan en el campo educativo, la investigación y a las personalidades públicas que ocupan cargos de responsabilidad y se preocupan por el futuro de las nuevas generaciones, instándolos a “promover juntos y a impulsar, a través de un pacto educativo común, aquellas dinámicas que dan sentido a la historia y la transforman de modo positivo”.
Tenemos que ser muy creativos para influir de modo positivo en los estilos de vida que de manera inconsciente hemos ido conformando y que destruyen la ecología, malogran el medio ambiente, depredan la naturaleza y afectan de manera ostensible la vida. Todos somos responsables en la construcción del futuro del planeta.
El Pontífice pide que se dialogue sobre el modo “en que estamos construyendo el futuro del planeta” conscientes de que “cada cambio requiere un camino educativo que haga madurar una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora”.
“Hoy más que nunca, recuerda el Pontífice, es necesario unir los esfuerzos por una alianza educativa …entre los habitantes de la Tierra y la casa común, a la que debemos cuidado y respeto. Una alianza que suscite paz, justicia y acogida entre todos los pueblos de la familia humana, como también de diálogo entre las religiones”.
Una educación que afronte la rapidación que encarcela la existencia en el vórtice de la velocidad tecnológica y digital, cambiando continuamente los puntos de referencia. Cada cambio, precisa el Santo Padre, necesita un camino educativo que involucre a todos. “Una educación que sea portadora de una alianza entre todos los componentes de la persona: entre el estudio y la vida; entre las generaciones; entre los docentes, los estudiantes, las familias y la sociedad civil con sus expresiones intelectuales, científicas, artísticas, deportivas, políticas, económicas y solidarias”.
Para alcanzar estos objetivos globales, el Papa indica tres pasos importantes. Primero “valentía de colocar a la persona en el centro”, se necesita encontrar – a partir de una sana antropología – otros modos de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso”. En segundo lugar “la valentía de invertir las mejores energías” con creatividad y responsabilidad. Y finalmente, “valentía de formar personas disponibles que se pongan al servicio de la comunidad” porque “el servicio es un pilar de la cultura del encuentro”, educar a nuestros niños y jóvenes para que se sitúen siempre “al lado de los más necesitados”.
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