¿Una sociedad democrática y tolerante —como la nuestra, sin duda— podría poner en entredicho el derecho que tienen los líderes religiosos de orientar a sus fieles sobre temas de fe, moral o ética social? Esta pregunta se justifica en la coyuntura actual, ante la reacción desproporcionada con la que se ha descalificado al Arzobispo de Arequipa, Mons. Javier del Río, por señalar la existencia de algunos candidatos presidenciales que se han declarado favorables al aborto y al “matrimonio” homosexual. Con estos ataques no solo se ha atentado contra el derecho humano a la libertad de expresión de una persona, sino que además se ha intentado coartar la libertad religiosa de la Iglesia Católica para orientar a sus fieles en cuestiones de doctrina social.
Sin embargo, esta polémica ha servido para llamar la atención de los ciudadanos que se definen como católicos, sobre la coherencia entre sus creencias religiosas y sus decisiones políticas. Y también ha servido para ratificar la unidad de criterios de la doctrina social católica frente a coyunturas electorales como la actual. Y decimos “unidad de criterios”, porque al margen de las preferencias políticas de algunos obispos (quienes tienen todo el derecho de tenerlas), la Iglesia Católica en general, y el episcopado peruano en particular, han mostrado unidad al momento de señalar la importancia de las mismas orientaciones de orden moral y ético social, que nos podrían guiar a la hora de decidir el voto.
Es por eso que la pregunta no es ¿por cuál candidato votará tal o cual obispo peruano? La pregunta es si un ciudadano siendo católico sabe valorar las orientaciones que sugiere la Iglesia en contextos electorales como el actual ¿Cuáles son esas orientaciones? El Papa Benedicto XVI las resumió en cuatro valores no negociables para la vida social, que son los siguientes:
“El respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural. La familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer. La libertad de educación de los hijos. La promoción del bien común en todas sus formas”[1].
Estos principios son la base de la convivencia social, y por ello deben estar en el centro de la preocupación del Estado, deben ser respetados y promovidos por cualquier proyecto político, económico y social. Y deberían ser considerados a la hora de decidir por quién votar, o por quién no votar, al momento de elegir a nuestras autoridades. ¿Por qué? Porque si estos principios se ponen en entredicho, se condicionan, o peor aún, se violan, entonces como consecuencia se lesiona el bien común, se hiere el tejido social, se daña la base de la convivencia de tal manera que ya nadie tendrá la seguridad de que se respete el bien, la verdad, los derechos, la libertad y la dignidad de cada uno.
Pues bien, lo que han hecho por un lado Mons. Del Río, y por el otro la Conferencia Episcopal con sus dos últimos comunicados, es precisamente resaltar la importancia de no perder de vista estos principios sociales fundamentales. Por eso Mons. Javier dijo al finalizar la Misa pascual que “No es moralmente lícito votar por un candidato que está promoviendo el aborto, o que está promoviendo el matrimonio de homosexuales”. Luego a través un medio local el prelado explicó que con lo que dijo su “única intención fue recordar a los fieles presentes la doctrina de la Iglesia”.
Pues, efectivamente los dos primeros principios sociales no negociables que el Magisterio de la Iglesia promueve son el cuidado de la vida humana desde la concepción, y el matrimonio heterosexual. Sobre este tema no hay duda ya que la enseñanza de la Iglesia es vasta, explícita y reiterativa: la vida humana es un don que debe ser acogido siempre porque desde el primer instante de vida debemos tratar a ese pequeño ser como un ser humano, y por tanto respetar todos sus derechos de hombre, comenzando por el derecho a la vida y la salud[2]. De aquí se desprende que un cristiano no puede jamás colaborar formalmente con un proyecto que promueva el aborto procurado[3].
¿Qué planes de gobierno o candidatos están a favor a en contra de estos valores? Para ayudar con la respuesta a esta pregunta recomendamos la lectura del informe preparado por el Colectivo Perú Defiende la Vida, titulado “Informe 3: ¿Por quién votar? Nuestro análisis”, disponible en Internet: http://www.perudefiendelavida.com/?p=6631
Algo parecido sucede en el caso del (incorrectamente) llamado “matrimonio gay”, ya que “los fieles están obligados a oponerse al reconocimiento legal de las uniones homosexuales”[4]. Esta obligación moral no menoscaba el respeto hacia las personas homosexuales, que están siempre en el corazón de la Iglesia, sino que busca defender los valores que se desprenden de la natural complementariedad entre varón y mujer, sobre la que se funda la familia como célula básica de la sociedad.
Lo dicho hasta aquí solo confirma la doctrina católica sobre estos temas que, por cierto, ya es ampliamente conocida. A ella hay que añadir ahora los otros valores sociales básicos que tienen que ver con la libertad de educación y la promoción del bien común. Esta preocupación la vamos a encontrar plasmada en los dos últimos comunicados de la Conferencia Episcopal Peruana. Allí, ante el desafío de estas nuevas elecciones generales, los obispos peruanos nos piden considerar la necesidad de una “mayor institucionalidad de la vida social”, de “combatir la corrupción que afecta la sociedad, la política y la vida cotidiana”, de “promover un comportamiento ético, acorde a la dignidad de todos”, y de “enfrentar la inseguridad ciudadana”[5].
También nos han pedido que antes de emitir el voto, reflexionemos sobre la necesidad de “superar un crecimiento económico basado en el extractivismo y la mera exportación de materias primas”, en la importancia de “impulsar la diversificación productiva, la generación de valor agregado, la innovación, la capacidad emprendedora de nuestra población y una adecuada relación de las empresas con el entorno social y ambiental”.
Los obispos nos preguntan a todos “¿cómo vamos a lograr una representación política que acerque el Estado al ciudadano de a pie, de modo que este sienta que sus derechos y deberes son debidamente promovidos y respetados? y ¿Cómo lograr mayores niveles de justicia y equidad, de respeto a los derechos de todos los peruanos, y en todos los ámbitos de la vida?”.
Con este comunicado, nuestros pastores católicos nos proponen estos criterios éticos a tener en cuenta a la hora de elegir autoridades: “obtener información veraz y completa sobre la hoja de vida de los candidatos; exigir un plan de gobierno realista; descartar a los postulantes corruptos y a los oportunistas; evaluar las promesas de campaña así como las fuentes de financiación; verificar el compromiso de los candidatos por la defensa integral de la vida y el cuidado de la Creación”.
Dicho esto solo nos queda concluir: difícil coyuntura, difícil decisión.
Manuel Ugarte Cornejo
Director del Centro de Pensamiento Social Católico – UCSP
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[1] Benedicto XVI, Exh. Ap. Sacramentum Caritatis, 83. Disponible en http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/apost_exhortations/documents/hf_ben-xvi_exh_20070222_sacramentum-caritatis.html#_ftnref230
[2] Ver Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Donum vitae (1987) disponible en http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19870222_respect-for-human-life_sp.html; y Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción Dignitas personae (2008)
[3] Ver Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración sobre el aborto procurado, 18. Y Juan Pablo II, Carta enc. Evangelium vitae, 19.
[4] Ver Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, (2003). Disponible en: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20030731_homosexual-unions_sp.html
[5] Las citas sobre el comunicado de la Conferencia Episcopal peruana corresponden a: Mensaje de los Obispos del Perú. Una reflexión ante las próximas elecciones generales, (2016). Disponible en: http://www.iglesiacatolica.org.pe/cep_prensa/archivo_documentos/mensaje-reflexiones-ante-las-elecciones-generales_cep_090216.pdf
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