No todas las culturas valen lo mismo y no debemos temer juzgarlas, incluso la nuestra, que también muestra peligrosas fisuras en el respeto a la vida, especialmente de los más débiles. No nos asiste el derecho de escandalizarnos por los sacrificios humanos, o por la práctica de la mutilación genital femenina, cuando nosotros aprobamos por la vía legal el aborto