09 de agosto, 2023
Foto: Diario Correo
Acaba de fallecer, a los 92 años, en Arequipa su ciudad natal, don Víctor Dávalos Salazar, uno de los grandes referentes de la música popular y, en especial de la criolla. Había nacido en 1927 y era el superviviente del famoso dúo de los Hermanos Dávalos que conformó con su hermano José, cuatro años mayor que él y que falleció en el año 2002.
Ambos eran herederos de las cualidades de su padre, don Víctor Dávalos Pacheco, reconocido cantor arequipeño, célebre por su potente voz y por haber protagonizado algunas anécdotas relacionadas con esta cualidad. Si el renombrado tenor italiano Enrico Caruso era capaz de quebrar vidrios, si se acercaban a su potente voz, los contemporáneos de don Víctor Dávalos, padre, aseguraban que su canto era tan potente que podía escucharse en varias cuadras a la redonda de la ciudad de Arequipa. Todavía se cuentan algunas anécdotas de duelos que mantuvo con cantantes de la capital para definir quien tenía la voz más potente y de los que salió victorioso.
El dúo de los hermanos Dávalos se inició allí por los años 40 del siglo pasado. En sus inicios formaban un trío con su amigo Guillermo Ramos. Se especializaban al comienzo en cantar rancheras mexicanas. Las radios de ese entonces: radio Arequipa, radio Landa y radio Continental fueron testigos de sus progresos hasta que llegó el momento de emigrar a la capital en busca de nuevos horizontes. Siempre se ha dado por cierto que para ello contaron con alguna ayuda especial de un alto funcionario del gobierno. En la capital se dedicaron de lleno a la música criolla.
El gran apogeo que vivió el criollismo musical a partir de la década del 50 con el auge de la radiodifusión y las grabaciones de discos, permitió la aparición de grandes compositores e intérpretes de música criolla dentro de los que destacaron nítidamente los hermanos Dávalos, especialmente cuando compartieron su tarea con eximios guitarristas de la época como Rafael Amaranto y Oscar Avilés. Algunas de las grabaciones que realizaron son una gran muestra de su calidad musical: Gitana, Sufriendo estoy, Ídolo, son algunas de esas páginas maestras de la música criolla.
Casi por casualidad viajaron a los Estados Unidos y se quedaron allí por alrededor de veinte años. En todo ese tiempo se encargaron de difundir la música arequipeña por todo el continente. Los valses Melgar y Silvia de Benigno Ballón Farfán así como marineras, pampeñas y yaravíes fueron parte de su importante repertorio. También hicieron la mejor versión que se conoce del emblemático vals del arequipeño Mario Cavagnaro: El Regreso que empieza con los inolvidables versos “Quería verte inolvidable tierra querida”.
Don Víctor Dávalos pasó la última época de su vida en Arequipa, manteniendo el carácter bohemio y humilde que siempre lo caracterizó. Hace unos años visitó mi casa por invitación de mi compadre, Juan Guillermo Carpio Muñoz. Aquella hermosa tarde criolla en que don Víctor, acompañado por una de sus hijas, cantó como en sus mejores tiempos, y en la que tuve el honor de acompañarle con mi guitarra, queda como eterno recuerdo de un cantor que vivió enteramente para la música, que hizo honor a su tierra y a sus canciones y que no será olvidado nunca.
Las autoridades de la ciudad cumplieron con rendirle los honores que le correspondían, estando en vida, y su retrato, con toda justicia, aparece hoy entre los personajes ilustres de la ciudad. Descanse en paz.
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