04 de agosto, 2023
Universidad Católica San Pablo en su primer local ubicado en la avenida Salaverry y el actual en el campus San Lázaro.
Hace 25 años, iniciaron las actividades de la Universidad Católica San Pablo (UCSP) con menos de cien alumnos, doce profesores y con financiamientos que no llegaron por la crisis económica mundial de aquella época; sin embargo, el equipo humano encargado de su fundación, nunca dejó de confiar en la frase, “Si esta universidad es un proyecto del Señor, trabajaremos y seguiremos adelante”.
El rector de la UCSP, Germán Chávez Contreras, recuerda una serie de ‘dioscidencias’ que permitieron consolidar este proyecto educativo, para la formación de profesionales con una visión más humana y con una fuerte vocación de servicio hacia la sociedad.
El rector denomina “dioscidencias”, a los acontecimientos guiados por Dios y que sin una explicación lógica, dan con el resultado buscado. Él recuerda que, el primero de estos acontecimientos, sucedió cuando lograron conseguir el financiamiento para continuar con la consolidación de la Universidad Católica San Pablo.
En 1996, Chávez fue designado para elaborar el Plan de Desarrollo Institucional, documento que entonces permitía la creación de universidades. Este plan fue aprobado por el Consejo Nacional para la Autorización de Funcionamiento de Universidades (Conafu), que pertenecía a la Asamblea Nacional de Rectores (ANR). Esta última entidad, era la que regía el control de las universidades antes de la creación de la Sunedu (Superintendencia Nacional de Educación Superior).
La UCSP empezó con 102 postulantes; ingresaron 98 pero solo se matricularon 84 alumnos. Esta cantidad no permitía que la San Pablo logre sostenerse en el tiempo, lo cual fue una gran preocupación para el ahora rector. Cerca a esas fechas, una minera del norte del país contrató a la universidad para realizar un estudio de sensibilidad en su zona de influencia. Ese contrato fue el que generó que la universidad, tenga el flujo de caja suficiente para continuar por un tiempo.
Los retos económicos continuaron y el financiamiento bancario no era opción. Entonces. Germán Chávez, quien en ese momento se desempeñaba como director administrativo financiero, presentó su preocupación al otro gran gestor de la San Pablo, Alonso Quintanilla, quien respondió, “Si esta universidad es un proyecto del Señor, trabajaremos y seguiremos adelante” y así fue.
Luego llegó otra dioscidencia. Chávez Contreras estudiaba un curso de especialización, donde conoció a un gerente de créditos bancarios (trabajaron juntos en grupo), entonces aprovechó para presentarle el proyecto. La respuesta fue positiva, luego de sustentar la iniciativa, consiguieron el crédito que necesitaban y este permitió el crecimiento de la San Pablo.
“La San Pablo es una universidad consolidada, madura y con muchos desafíos por delante”, comentó el rector. Es el momento de comprometerse con la región, por ello se ha creado el Prorrectorado para el Desarrollo. De esta área dependen otras que canalizan investigaciones y proyectos para Arequipa, con el fin de plantear alternativas y soluciones a las autoridades vigentes o trabajarlas con otros actores de la sociedad civil.
Desde antes de la pandemia por el COVID-19, había la necesidad de la digitalización para dar un servicio más completo a los alumnos y llegar a más personas; sin embargo, el confinamiento hizo que la San Pablo, diera un gran salto al implementar en quince días, el sistema educativo virtual. Progresivamente hicieron lo propio con los trámites necesarios para el funcionamiento de la universidad.
Este año, las clases se imparten en un formato híbrido; un proyecto que fue preparado con antelación, para que todos los profesores vuelvan a las aulas y los alumnos hagan lo propio en grupos reducidos (según el aforo) y los demás, tomen clases online al mismo tiempo, gracias a los equipos instalados en cada salón.
“Iniciamos nuestras bodas de plata. Quiero decirles a todos los que integran la UCSP, ¡muchas gracias! Todos estamos poniendo de nuestra parte para seguir adelante con nuestros principios rectores, ser una universidad que forme buenos profesionales y mejores personas. Sé que vamos a seguir construyendo a la San Pablo, como un proyecto de Dios que aporte al desarrollo de Arequipa, el Perú y el mundo”, finalizó.
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