09 de abril, 2024
Fotobiorreactores implementados para cultivar la espirulina en escala real reutilizando el agua de la crianza de truchas la cual es rica en fósforo, nitrógeno y materia orgánica.
Proyecto es ejecutado por el Grupo de Investigación en Ciencia y Tecnología Ambiental de la UCSP, con apoyo de ProCiencia del Concytec
Un importante avance para la acuicultura, es lo que han logrado investigadores de la Universidad Católica San Pablo (UCSP) con el proyecto “Desafíos”. Se trata de la generación de un nuevo alimento fortificado que mejora el peso y reduciría el nivel de mortandad de las truchas, así como el máximo aprovechamiento y reuso del agua utilizada en la crianza de estos peces.
Esta iniciativa promovida por el Grupo de Investigación en Ciencia y Tecnología Ambiental (CTA) del Departamento de Ingenierías de la Industria y el Ambiente de la San Pablo, se desarrolla gracias a que sus investigadores ganaron un fondo de S/ 500 000 de Prociencia del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec).
En este proyecto se aplica la economía circular, es decir, están aprovechando el potencial de las aguas residuales con alto contenido de fósforo, nitrógeno y materia orgánica, para generar un nuevo producto.
Para la ejecución del proyecto, la San Pablo diseñó e implementó una piscigranja de truchas piloto en su campus Sucre. Allí reutilizan el agua empleada en la crianza de estos peces para el cultivo de espirulina, un tipo de microalga conocida por sus propiedades antioxidantes, anticancerígenas, además que ayuda a reducir el colesterol en la sangre, entre otros beneficios.
Piscigranja piloto de truchas de la UCSP, la cual funciona en el campus Sucre.
El Dr. Javier Montalvo, coordinador del Grupo de CTA de la UCSP, explicó que el efluente generado en la crianza de truchas contiene fósforo, nitrógeno y materia orgánica. Estos componentes del agua residual son ideales para cultivar espirulina, la cual es cosechada cuando está en su crecimiento exponencial.
“Lo primero que se hace es bombear el efluente de los tanques donde están las truchas para pasarlo a los fotobiorreactores implementados para cultivar la espirulina en escala real. Al cabo de siete días, esta microalga alcanza su crecimiento exponencial. Luego se pasa a una centrífuga que separa sólidos de líquidos, así obtenemos masa de algas y agua limpia”, explicó.
El proyecto no queda allí, pues se complementa con la generación de un nuevo producto. Se trata de un alimento fortificado fabricado a partir de la espirulina cultivada en las aguas residuales, que regresa como alimento para las truchas. A nivel de escala piloto se han obtenido buenos resultados, pues las truchas nutridas con este alimento tienen un mejor nivel de engorde y en menor tiempo se alcanza la etapa juvenil.
Alimento fortificado elaborado en los laboratorios del Grupo de CTA de la San Pablo.
“Hicimos distintas pruebas. A un grupo de truchas le dimos el alimento convencional, a otro le dimos el alimento fortificado con 5 % de espirulina, sustituyendo la harina de pescado, y a otro con 10 %. Este último grupo es el que tuvo los mejores resultados. Las truchas llegaron a pesar 250 gramos (mejor engorde), hasta en 18 días antes que las otras”, precisó el investigador de la San Pablo.
Truchas alimentadas con espirulina tienen un mejor engorde y podría ayudar a reducir la mortandad de estos peces criados en psicigranjas.
El Grupo de CTA también está evaluando si este alimento fortificado con presencia de antioxidantes, ayudaría a disminuir los altos índices de mortandad observados en la crianza de las truchas. El Dr. Montalvo estimó que el 60 % de peces criados en piscigranjas mueren por enfermedades y resistencia a los antibióticos de las truchas.
“De esta manera, se aprovecha todo en el proceso de crianza de las truchas y así se demuestra que es posible hacer economía circular en la acuicultura, y como ayuda para mejorar la producción de estos peces”, comentó.
Investigadores del Grupo CTA de la UCSP realizaron pruebas fortificando el alimento de las truchas con 5% y 10% de espirulina.
Para continuar con esta investigación, el Grupo de CTA de la San Pablo ha logrado tener el apoyo de la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA), a fin de seguir con la crianza de las truchas en los acuarios del parque Selva Alegre.
“Queremos escalar el proyecto para evaluar el comportamiento de las truchas alimentadas con espirulina en un ambiente más natural y repoblar la laguna central del parque Selva Alegre. Ya hemos entregado 200 truchas con este fin”, indicó el investigador.
Truchas criadas en la psicigranja de la UCSP fueron trasladadas a la laguna central del parque Selva Alegre.
La última entrega fue realizada la semana pasada, trasladaron 50 truchas desde la piscigranja piloto de la San Pablo hasta el parque Selva Alegre. Esta actividad contó con la presencia del subgerente de Gestión Ambiental de la municipalidad provincial, Giovanni Valentín Salas Medina.
Un siguiente paso en esta iniciativa es criar las truchas en un lago natural que cuenta con otro tipo de agua y tiene condiciones diferentes a las de un laboratorio. Esto será posible gracias a que el Grupo de Ciencia y Tecnología Ambiental de la San Pablo ha ganado, recientemente, un fondo de la Unión Europea.
Dr. Javier Montalvo, coordinador del Grupo de Ciencia y Tecnología Ambiental (CTA) de la UCSP, y el subgerente de Gestión Ambiental de la municipalidad provincial, Giovanni Valentín Salas Medina, tras el traslado de las truchas al parque Selva Alegre.
Arequipa, 09 de abril de 2024
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